Volvemos a nuestros orígenes, una y otra vez, y los orígenes son siempre mutantes. Como un manzano que se adecúa a la tierra que le da vida.
Y así, qué le vamos a hacer, seguimos creando. Esta vez cuatro colecciones de botellas junto con su cuadro-primo correspondiente para la sidrería amiga Zelaia.
Amigos, seguimos maravillados. Tal y como decía el maestro: “creo en lo que creo”.